jueves, 22 de septiembre de 2011

París, Francia


 

A finales del siglo XVIII, la toma de la fortaleza de la Bastilla, que se encontraba en el oriente de la ciudad, se convirtió en el arranque simbólico de la Revolución francesa, un proceso de profunda transformación del país que se había iniciado en París poco antes, durante los Estados Generales de 1789.
Tras proclamarse Emperador, Napoleón Bonaparte se decide por París como capital de su Imperio, luego de haber contemplado a Lyon para tal privilegio.
Bajo el reinado de Luis Felipe, la ciudad acelera su ritmo de crecimiento